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El ejercicio regular es capaz de modificar la química y las neuronas.
Así es como promueve importantes cambios en la salud de quién dedique tiempo a ejercitarse, sin importar la edad.
Gracias a estudios e investigaciones sabemos que el cerebro humano, debido a su plascticidad, tienen una gran capacidad de modificar su estructura y funcionamiento producto de la interacción con el entorno.
Entonces no es casualidad que el hipocampo, imprescindible para la memoria explícita y el aprendizaje, sea una de las regiones cerebrales más influenciadas por el ejercicio físico.
Las cifras de obesidad infantil son alarmantes, la exposición a la comida fácil y rápida, sin tener tiempo de cocinar en casa y formar hábitos saludables, son las razones
principales para que niños y adolescentes presenten sobrepeso.
Se ha dejado la actividad física de lado a favor del ataque cibernético, los videojuegos, y
las consolas, tantos guerreros virtuales que llenan el mundo infantil de acción pero sin
atravesar la pantalla que suele ser de cuantiosas pulgadas, teniendo como nefasto
resultado, el sedentarismo combinado con una hiperactividad cerebral.
Durante ejercicios/deportes prolongados que se realizan a una alta intensidad (80-90% de VO2máx), el ácido láctico que se produce vía reacciones glucolíticas anaeróbicas puede servir como fuente adicional de combustible metabólico.